La alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca es una técnica artesanal, cuyo conocimiento se transmite de forma intergeneracional a través de una socialización femenina dentro de un contexto de transmisión por línea materna, forma parte del Inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile.
La Unión de Artesanos de Quinchamalí obtuvo en el año 2014 la distinción Tesoros Humanos Vivos.
Las alfareras y alfareros de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca deben ejecutar 16 etapas, de forma artesanal, durante el proceso de producción de una obra o pieza única en el país y el mundo. Acompañamos imágenes del registro fotográfico de esta expresión incluida en en el Registro e Inventario de Patrimonio Inmaterial en Chile.
PASOS
1.- Extracción de materias primas: No sólo han desarrollado una tradición, sino que se han hecho fuertes acudiendo a los yacimientos o puntos de venta de donde sacan los materiales. A veces, se acompañan de otra persona para cargar la greda y el resto de los insumos.
2.- Preparación de materiales: Una vez recolectadas las materias primas, preparan los materiales. La greda, que es el componente principal, y la deben secar, moler y dejar que repose en agua por, aproximadamente, dos días.
3.- Mezcla de materiales: Unen la greda con tierra amarilla, arena y agua. ¿Cuáles son los porcentajes exactos para obtener la mezcla perfecta? No hay secretos ni misterios. Hay un conocimiento transmitido oralmente de maestra a aprendiz. No hay, tampoco, instrumentos de medición. La práctica les ha dado la experiencia necesaria para que un cubo sea suficiente. Cuando la mezcla logra la consistencia perfecta, se deposita en un cajón de madera cubierto con un saco de plástico o nylon.
4.- Amasar o pisar la greda: Algunas, con los talones de sus pies descalzos, comienzan el pisado de la mezcla. Otras, la amasan. Además, despulgan –así le llaman– la pasta para limpiarla de impurezas. Por dos días, la tapan con un saco plástico y dejan reposar.
5.- Porcionar la greda: Las artesanas separan “pancitos”, “ladrillos” o “quesitos”, envueltos en nylon y los almacenan al interior o exterior de sus viviendas.
6.- Construcción de base: Ya es momento de comenzar la obra… Las alfareras crean la base de la figura, cuya forma cambia según el tipo de pieza. A partir de pelotas de greda, moldean, unen, ahuecan, abren, con la ayuda de un mate de calabaza. Una vez modelada la base, dejan orear la pieza hasta que adquiera firmeza.
7.- Armado de la figura: Usando los mismos recursos que sus padres o maestros, toman un cuchillo o una cuchara de metal para eliminar todas las irregularidades o protuberancias de la figura. Con un trozo de cuero –que llaman “cordobán”- alisan sus paredes externas y agregan orejas, patas y brazos.
8.- Raspado: Llegado el momento de extraer el exceso de material, raspan las figuras. La cuchara o el cuchillo de metal siguen siendo los medios.
9.- Bruñido con agua: Con una piedra porosa empapada en agua, alisan nuevamente la figura. Algunas alfareras, especializadas en la fabricación de loza utilitaria, realizan este proceso por lo menos dos veces.
10.- Encolar: Diluyen en agua el color rojo, extraído de los cerros de Santa Cruz de Cuca. Con la ayuda de un paño o tela, empapan la figura con esta pasta acuosa, cubriéndola totalmente.
11.- Bruñido en seco: Con una piedra suave y seca pulen, nuevamente, la figura.
12.- Lustrado: Para obtener el brillo deseado, antes de lustrar, bañan su artesanía en “aceite de pata” o “enjundia de gallina” (actualmente, también, se utiliza aceite corriente).
13.- Pintado: Sobre la pieza aún sin cocer, y con la ayuda de clavos o una aguja de victrola adosada a palos delgados o lápices, dibujan o pintan la figura con flores de cerezo o espigas de trigo.
14.- Cocción: Para cocer, preparan antes el guano de buey o leña de álamo. Una vez encendida la hoguera, ubican las piezas en un canasto cerca del fuego para absorber un poco de calor antes de entrar en contacto directo con el combustible. Luego, depositan las figuras sobre las brasas durante 20 o 30 minutos, hasta lograr un color rojo intenso.
15.- Teñido: Retiran las piezas del fuego al rojo vivo, con una horquilla o gancho de metal y las cubren con guano de caballo, aserrín, paja de trigo o paja de arroz.
16.- Agregar colo blanco: Cuando la pieza se enfría, finalmente las artesanas aplican el colo blanco, material también extraído de los cerros de Santa Cruz de Cuca. Lo diluyen en agua y, con los dedos, empapan los incisos realizados durante la etapa de pintado. Una vez que el colo se seca, se retira con un paño el exceso de material y se obtiene, finalmente, la figura lista para su comercialización.
* Nota tomada y adaptada de la página oficial del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural de Chile: www.patrimonioinmaterial.gob.cl