Cada 22 de marzo, el Día Internacional del Agua nos invita a reflexionar sobre la importancia de este recurso vital para nuestras vidas y la de nuestro planeta. Más allá de su valor intrínseco, el agua se entrelaza de manera profunda con el patrimonio cultural inmaterial, configurando tradiciones, saberes y prácticas que han sido transmitidas de generación en generación. El agua ha sido, desde tiempos antiguos, el eje central de la vida de las comunidades. Ha moldeado paisajes, ha sido fuente de inspiración para mitos y leyendas, y ha dado origen a rituales y ceremonias que expresan la profunda conexión entre el ser humano y la naturaleza. Desde la invocación de la lluvia hasta la celebración de festividades acuáticas, el agua se manifiesta en diversas expresiones del PCI, reflejando la cosmovisión y la identidad de cada pueblo.