\r\n El mito tenochca cuenta que en la antigua ciudad de Aztlán, Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, habló a su pueblo y le indicó iniciar una peregrinación rumbo a una tierra prometida en medio de un ambiente lacustre, ahí hallarían un portento que les indicaría que era el lugar anunciado. La peregrinación inició, a través de la voz de los sacerdotes la deidad se comunicaba continuamente con su pueblo, alentándolo a seguir su caminar hasta hallar la señal: un águila descansando sobre un nopal que nace de una piedra, la cual a su vez está dentro de un lago.
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\r\n Al paso del tiempo, la escena del mito fundacional de Tenochtitlan ha estado presente en un sinnúmero de objetos tanto oficiales y militares, como en el imaginario de la sociedad mexicana y artículos de uso común, entre ellos monedas, playeras y artesanías.
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\r\n Asimismo, ha sido representada en diversas formas artísticas por pintores y escultores de los siglos XIX y XX, como el mural Epopeya del pueblo mexicano de Diego Rivera, o el dibujo a tinta Estas son las armas, de Miguel Covarrubias.
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\r\n Más información: INAH México
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