2024
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El Día de la Tierra: Un llamado a la acción desde la perspectiva del PCI y los DD.HH.
El Día de la Tierra, que se celebra cada 22 de abril, nos invita a reconocer la profunda conexión que tenemos con nuestro planeta y a valorar su cuidado como un acto de responsabilidad hacia nosotros mismos y las generaciones venideras. La Tierra es el hogar de los seres humanos y el escenario donde florece la diversidad cultural de la humanidad. Las tradiciones, las creencias y las expresiones artísticas de cada pueblo están profundamente arraigadas a la naturaleza, tomando de ella inspiración, recursos y simbolismos.
Las tradiciones, prácticas, expresiones y conocimientos vivos que se transmiten de generación en generación dentro de una comunidad están relacionadas con la música, la danza, la artesanía, la gastronomía, la medicina tradicional, las creencias religiosas y mucho más. A menudo, estas tradiciones que son pilares de la identidad cultural y brindan un sentido de conexión con la tierra, están profundamente arraigadas en el entorno natural y dependen de él para su supervivencia.
Ejemplo de prácticas ancestrales:
Las comunidades han desarrollado un rico legado de prácticas tradicionales que perduran a través del tiempo. En la agricultura, destacan los andenes, un sistema de terrazas prehispánico en los Andes que aprovecha las laderas para crear microclimas y cultivar una diversidad de productos. En la Amazonía, encontramos la chacra, un sistema de cultivo rotativo donde se despeja un área pequeña de bosque, se cultiva por uno o dos años y luego se deja en barbecho para recuperar la fertilidad del suelo. Ambas técnicas se caracterizan por el uso de variedades locales de plantas adaptadas a las condiciones climáticas y la biodiversidad del ecosistema.
Artesanía: Los textiles, elaborados con lana de alpaca, vicuña y llama, plasman la cosmovisión de los pueblos con representaciones de animales, plantas y figuras geométricas. La cerámica, hecha a mano con arcilla y cocida en hornos de leña, y la cestería, que utiliza fibras naturales como totora, junco y chonta, son ejemplos de la destreza artesanal de nuestros pueblos.
Medicina tradicional: Un vasto conocimiento transmitido de generación en generación a través de la tradición oral. Se utiliza para tratar una amplia gama de enfermedades y abarca prácticas como el chamanismo, que busca la sanación del cuerpo y espíritu mediante rituales, cantos y plantas medicinales; la partería tradicional, una práctica ancestral de asistencia al parto realizada por mujeres que emplean técnicas naturales para aliviar el dolor y cuidar la salud de la madre y el bebé; y diversos rituales y celebraciones que conectan a las comunidades con la tierra, marcando ciclos agrícolas, agradeciendo las cosechas y honrando a los espíritus de la naturaleza.
Sin embargo, muchas de las actividades humanas han generado un impacto significativo en el planeta, poniendo en riesgo no solo la biodiversidad y los ecosistemas, sino también a los mismos seres humanos, en especial a las poblaciones más vulnerables, quienes ven afectada su vida por la deforestación, la contaminación y el cambio climático, imposibilitando el acceso seguro a sus derechos básicos como es el acceso a agua limpia, aire puro, alimentación, un ambiente sano y recursos naturales, todos ellos como pilares fundamentales para una vida digna.
Los grupos más vulnerables, como los pueblos indígenas, afrodescendientes y las comunidades marginadas, son a menudo los más afectados por la degradación ambiental y el cambio climático. Es fundamental proteger sus derechos y garantizar su participación en la toma de decisiones relacionadas con el medio ambiente.
Un planeta sano es esencial para garantizar el derecho a la vida, la salud, cultura y un desarrollo sostenible. Al trabajar juntos para proteger el medio ambiente, podemos garantizar que la supervivencia de las personas no se vea amenazada y que las tradiciones vivas continúen enriqueciendo nuestras culturas, conectándonos con nuestro pasado, presente y futuro y que las generaciones venideras las practiquen y disfruten de ella.
Owan Lay González
Director General del CRESPIAL
El Día Mundial del Arte: Un reconocimiento a la creatividad, la diversidad y la libertad
El 15 de abril del 2019 la UNESCO proclamó el Día Mundial del Arte, una fecha dedicada a celebrar y fomentar el crecimiento, la difusión y la salvaguardia del arte en todas sus manifestaciones. Esta fecha conmemora la importancia del arte en la creatividad, la innovación y la diversidad cultural de las sociedades en todo el mundo.
En este día honramos la vasta diversidad de expresiones artísticas que enriquecen la humanidad. A través de expresiones como la música, la danza o el teatro, la pintura y la artesanía, el arte nos conecta con nuestra esencia, nuestras raíces culturales, nuestras historias y nuestras identidades.
El arte no solo inspira y embellece nuestras vidas, también fomenta el diálogo intercultural, el intercambio de conocimientos y la construcción de un mundo más pacífico e inclusivo. Al promover la libertad artística y fomentar espacios donde los artistas puedan expresarse libremente, contribuimos a un futuro más tolerante para cada uno de nosotros.
Este día nos da la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de las expresiones artísticas y reconocer la valiosa contribución de los artistas, en especial de los artistas tradicionales, al desarrollo sostenible de nuestras comunidades.
También es un día para reflexionar sobre las desigualdades en el acceso a la cultura y a la diversidad de expresiones culturales. Las barreras existentes limitan el disfrute de diversas manifestaciones culturales a muchas personas, especialmente a aquellas en situación de vulnerabilidad, como mujeres, pueblos indígenas y afrodescendientes, además de otros grupos marginados, que enfrentan desafíos adicionales, como producto de las brechas sociales que les afectan.
Para preservar y enriquecer el arte tanto en el presente como en el futuro, enfrentamos un doble desafío: apoyar a los artistas y las instituciones culturales, al tiempo que se hace necesario garantizar el pleno ejercicio de los derechos culturales a través de la participación, acceso equitativo y disfrute de todos al arte. Así como también es indispensable para lograr justicia y la igualdad escuchar y considerar las diversas voces del mundo artístico para comprender y abordar adecuadamente las necesidades y los desafíos que enfrenta este sector.
Owan Lay González
Director General del CRESPIAL
¡Celebremos el Día Mundial del Agua y su conexión con el patrimonio cultural inmaterial!
Agua: Fuente de Vida, Cultura y Patrimonio
Cada 22 de marzo, el mundo celebra el Día Mundial del Agua, en él se destaca la vital importancia de este recurso natural para la existencia de todos los seres vivos. Este día nos insta a reflexionar sobre la necesidad de garantizar su acceso universal como un derecho humano fundamental. El agua es la esencia misma de la vida, un componente esencial de la cultura y un recurso invaluable que debemos preservar para las generaciones presentes y futuras.
El agua como derecho humano fundamental:
Si bien el acceso al agua potable es un derecho inalienable, para muchos sigue siendo un lujo inalcanzable. La pobreza, el crecimiento poblacional, la desigualdad y la degradación ambiental son obstáculos que impiden a millones de personas satisfacer esta necesidad básica.
El agua como base de la cultura:
El agua está profundamente ligado a la cultura. Desde tiempos ancestrales, ha sido venerado en rituales y ha inspirado expresiones artísticas que forjaron la identidad cultural. Simboliza fertilidad, pureza y renovación, siendo objeto de ceremonias y ofrendas para asegurar su disponibilidad y pureza. Las primeras civilizaciones se asentaron junto a fuentes de agua, reconociendo su rol crucial en el desarrollo cultural.
El legado invaluable del PCI asociado al agua:
Las prácticas del PCI asociadas al agua son un patrimonio cultural invaluable que debemos proteger. Los conocimientos, las prácticas y las tradiciones transmitidas de generación en generación en torno al agua forman parte de la identidad de las comunidades, quienes desarrollaron ingeniosos sistemas de irrigación y gestión del agua para cultivar sus cosechas y mantener la vida en sus ambientes, como las terrazas agrícolas incas, la organización de gestión del agua a través de los jueces de agua de Corongo, la siembra y cosecha de agua o las Chinampas Aztecas.
Sin embargo, este legado corre peligro de desaparecer si este recurso no es preservado adecuada y responsablemente.
Manifestaciones del PCI relacionadas con el agua:
Ritos y tradiciones: Desde ceremonias de ofrendas a deidades acuáticas hasta danzas y cantos que celebran la llegada de la lluvia, el agua está presente en una variedad de rituales y tradiciones culturales.
Conocimientos ancestrales: Las comunidades indígenas y locales poseen un vasto conocimiento sobre la gestión del agua, incluyendo técnicas de riego, construcción de pozos y sistemas de almacenamiento, así como la tradición de siembra y cosecha de agua que han sido transmitidos a lo largo de generaciones.
Artesanía: La artesanía tradicional refleja la importancia del agua en la vida cotidiana, utilizando símbolos y diseños relacionados con este elemento en diversas formas de expresión artística.
Un llamado a la acción:
El agua representa un recurso fundamental para la existencia de la vida en la tierra. Del mismo modo, la visibilizarían y valoración de las practicas del PCI relativas al uso del agua es de vital importancia junto al reconocimiento de los portadores que transmiten y revitalizan estas tradiciones, sin los cuales estas manifestaciones no podrían subsistir.
En este Día Mundial del Agua, reflexionemos sobre nuestra relación con este recurso vital y celebremos los conocimientos y saberes asociados al uso del agua, que son un patrimonio vivo de la humanidad.
Owan Lay González
Director General del CRESPIAL
2019
Cada 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en conmemoración de la 1era reunión del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Poblaciones Indígenas celebrada en 1982. Esta fecha es una oportunidad para la reflexión en torno a la situación de estas poblaciones, su gran riqueza y diversidad cultural y lingüística así como los grandes peligros y exclusiones que enfrentan día a día.
Los Pueblos Indígenas tienen un rol fundamental en la construcción de soluciones para enfrentar el cambio climático. Los conocimientos y tecnologías ancestrales relativas a su relación con la naturaleza y el medio ambiente, pueden ayudarnos a tener una visión mucho más sostenible del mundo y ser vitales para la futura supervivencia del planeta.
La Agenda 2030, nos muestra el gran aporte que tienen los pueblos indígenas en el desarrollo de los 17 Objetivos de desarrollo sostenible (ODS), desde la producción de los agricultores indígenas a pequeña escala hasta la igualdad de acceso a la educación para los niños y niñas indígenas.
En este marco, la capacidad organizativa y política que las comunidades indígenas han adquirido en términos de representatividad, derechos colectivos, organización territorial y gobernanza cultural, son también fundamentales para tener una visión más integral, humanista y sostenible del mundo, siendo así indispensables tanto para la implementación de los ODS como para la salvaguardia del Patrimonio cultural Inmaterial (PCI).
Este 2019, siendo el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, es importante llamar la atención sobre el peligro de desaparición en las que se encuentran. El Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas ha indicado que el 40% de las 6,700 lenguas que se calcula que se hablan en el mundo estaban en peligro de desaparición, siendo la mayoría de ellas, lenguas indígenas.
La pérdida de las lenguas no es solo un problema lingüístico, implica también la pérdida de sistemas de conocimiento complejos, de culturas e identidades y de formas de vida que pueden ser decisivas para el futuro del mundo.
Desde el CRESPIAL, nosotros queremos nuevamente agradecer a los Pueblos Indígenas por ser quienes resguardan los conocimientos ancestrales y gran parte de la diversidad lingüística a nivel mundial. La lucha diaria que realizan por sus derechos, es finalmente la lucha por una humanidad más justa, intercultural y sostenible para vivir.
Adriana Molano Arenas
Directora General del CRESPIAL
Vivimos un tiempo de grandes cambios sociales con respecto a los derechos de las mujeres a lo largo de todo el mundo.
Desde el patrimonio cultural inmaterial, la lucha por nuestros derechos humanos, es también una lucha por nuestros derechos culturales. En este sentido, el rol de la mujer en la transmisión de conocimientos relacionados a las diversas expresiones culturales es fundamental.
El papel de las mujeres como agentes culturales en nuestros pueblos es permanente e integral. Desde la transmisión de la lengua materna, la salvaguardia de la memoria local hasta la participación dinámica en la sostenibilidad medioambiental y alimentaria, las mujeres, en todas las esferas de la vida, apostamos a generar un mejor futuro.
Hay muchas batallas por librar en nuestra región, las cuales luchan por construir mejores condiciones de vida para las mujeres. Desde mayores oportunidades de participación y liderazgo en la salvaguardia de nuestras manifestaciones culturales, hasta la inclusión de la mujer, en las diversas transformaciones culturales de nuestras tradiciones.
Los vínculos entre género y patrimonio cultural inmaterial, nos invitan hoy, no solo a replantear los papeles de cada género en relaciones más justas y diversas, sino nos ofrecen nuevas posibilidades comunitarias para salvaguardar nuestras expresiones culturales.
Este 8 de marzo, desde el CRESPIAL, celebramos a las mujeres latinoamericanas que día a día, son fuentes de conocimiento, identidad y diversidad cultural.
Adriana Molano Arenas
Directora General del CRESPIAL
2018
El CRESPIAL se une hoy a las diversas voces alrededor del mundo para celebrar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Esta fecha nos recuerda la importancia fundamental de los pueblos originarios para enfrentar los actuales problemas relativos al cambio climático y también nos invoca a la búsqueda de soluciones para la grave situación que viven los pueblos indígenas en la actualidad.
Las comunidades originarias guardan conocimientos y tecnologías ancestrales del manejo de los recursos naturales y de su relación con la “Madre Tierra” que siguen siendo fundamentales para la vida. Es prioritario mantener y garantizar la diversidad de los pueblos originarios y sus vínculos con los ecosistemas ambientales, para la supervivencia del planeta y de la especie humana. Son los pueblos indígenas, en su constante lucha por preservar sus prácticas y modos de vida, los que nos muestran que no hay un camino único para el desarrollo económico y ambiental, sino múltiples posibilidades que deben ser respetadas y consideradas como oportunidades que nos permitan viabilizar nuestro futuro como humanidad.
En este marco, es un reto de la comunidad internacional, articular los principios enunciados en la Convención UNESCO 2003 para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) con los principios del Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales y plantear así, distintos procesos en la región que nos permitan garantizar los derechos de las comunidades indígenas de manera integral.
El trabajo en torno a la salvaguardia del PCI busca contribuir a una visión amplia y diversificada sobre qué significa la garantía de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y nos puede ayudar a visibilizar los grandes retos que debemos asumir en la región: La autodeterminación y gobernanza cultural de los pueblos indígenas para salvaguardar su PCI; la protección de los derechos colectivos alrededor de los conocimientos tradicionales; la comprensión y reconocimiento de distintas territorialidades basadas en los elementos simbólicos, espirituales y cosmovisiones de las propias comunidades indígenas; el desarrollo y puesta en práctica de las distintas visiones de bienestar colectivo y desarrollos propios, entre otros temas relevantes.
Desde México, el Centro de las Artes Indígenas Totonaca, inscrito en el Registro de Buenas Prácticas para salvaguardia del PCI de la UNESCO, es un ejemplo de una iniciativa del propio pueblo totonaca de construir una institución educativa que busca generar mecanismos para la transmisión intergeneracional de enseñanzas y valores culturales para el desarrollo de capacidades de sus propias comunidades.
Otro ejemplo de la región, es la reciente declaratoria como patrimonio cultural inmaterial de la Nación del “Sistema de Conocimiento Ancestral de los pueblos kogui, wiwa, arhuaco y kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta” en Colombia, en donde la lengua y tradición oral, la organización social, los conocimientos sobre la naturaleza y el universo y los espacios culturales de los cuatro pueblos indígenas que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta, buscan salvaguardar sus conocimientos, saberes y prácticas tradicionales para el cumplimiento de la Ley de Origen. Ésta última, representa los códigos de enseñanza-aprendizaje de todo el sistema de conocimiento de los cuatro pueblos, los cuales deben garantizarse y ser respetados para generar un equilibrio de los elementos que constituyen la Madre Tierra y permitir así la convivencia social.
El día de los pueblos indígenas se encuentra hoy marcado por la lucha de estos pueblos por sus derechos. Una lucha contra la vulnerabilidad a la cual estas comunidades están sometidas hace siglos. Desplazamiento, pobreza y prejuicio son solo algunos de los desafíos que enfrentan las comunidades originarias aun hoy, a pesar de todos los avances obtenidos.
A los representantes de los pueblos originarios, nosotros desde el CRESPIAL les agradecemos por actuar como guardianes de los conocimientos de los ancestros, por perpetuar culturas excepcionales y por encarnar una gran parte de la diversidad lingüística a nivel mundial. Esperamos poder seguir juntos en ese proceso de resistencia, de garantía de derechos y de valoración de la diversidad humana y social, que es finalmente, lo que la salvaguardia del PCI significa.
Adriana Molano Arenas
Directora General del CRESPIAL
Como latinoamericanos, somos la suma de muchas identidades, pueblos y culturas. Sabemos de la gran riqueza que hemos heredado de generación en generación, pero también sabemos que muchas veces, nuestra diversidad cultural, se encuentra en riesgo por voces que apuestan por la intolerancia, la discriminación, la ignorancia y la violencia.
Desde el CRESPIAL, día a día buscamos defender la diversidad cultural porque ella es la base para el dialogo y el desarrollo de nuestros pueblos, no puede existir una verdadera salvaguardia del Patrimonio cultural inmaterial sin una base de dialogo y respeto intercultural.
En tiempos donde la homogenización busca cubrir todos los ámbitos de la vida y donde la cultura es convertida en mercancía, la importancia de defender la diversidad cultural es esencial y es nuestro derecho.
Desde la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural (2001), este instrumento ha marcado un hito internacional de gran importancia, llamándonos a integrar la dimensión cultural en el desarrollo integral del ser humano.
Desde los pueblos, comunidades y culturas de Latinoamérica, aprendemos múltiples prácticas, conocimientos y saberes vinculados a la vida y a la naturaleza. Son estas expresiones las que nos enseñan a comprender la complejidad del mundo y a impulsar el diálogo intercultural.
Este 21 de mayo, desde el CRESPIAL celebramos el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, trabajando en el proyecto multinacional Salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de las comunidades aymara de Bolivia, Chile y Perú. Es mediante el trabajo colaborativo internacional entre diversas instituciones y organizaciones, que vamos construyendo puentes de diálogo y de respecto entre nuestros pueblos.
Somos aymaras, quechuas, mapuches, mayas, huicholes, guaranís, garífunas, nahuas, afrodescendientes, somos latinoamericanos, somos diversos.
Adriana Molano Arenas
Directora General del CRESPIAL
Nuestra historia como humanidad depende de la tierra, es nuestra fuente de vida y de conocimiento. La Tierra se encuentra hoy severamente afectada por el cambio climático y por la falta de responsabilidad en su conservación y cuidado, estamos en un momento histórico donde todos y todas, necesitamos buscar vivir en armonía con la naturaleza, comprometernos a cuidarla.
La salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial tiene una relación inherente con la tierra y el medio ambiente. Desde las diversas expresiones culturales latinoamericanas, el vínculo con la madre tierra es fundamental en la vida cotidiana de los pueblos. Fuente de sabiduría y de nuestra conexión espiritual con el mundo, es con la madre tierra con la cual aprendemos sobre el equilibrio, la reciprocidad y la vida en colectividad.
En Venezuela, la tradición del cultivo y procesamiento de la curagua, no solo nos habla de técnicas vinculadas a la planta, sino de prácticas sociales, transmisión intergeneracional del conocimiento, tradición oral y sustento de vida para las comunidades de la región de Aguasay.
Son las comunidades indígenas, uno de los sectores de la población que más está sufriendo los impactos del cambio climático. La pérdida de tierras cultivables es de 30 a 35 veces superior al ritmo histórico. Este factor, junto con el aumento de las sequías, la desertificación y la extinción de especies, hacen que sea indispensable tomar medidas urgentes para cuidar nuestra tierra.
En la comunidad de Chinchaypucyo en la región de Cusco (Perú), sus pobladores buscan transmitir sus saberes agrícolas vinculados a la alimentación y la salud, mostrándonos la crianza mutua entre humanos, plantas, animales y deidades espirituales, a través de una dinámica activa de su tradición e identidad, como una posibilidad real y actual, de contrarrestar el contexto de riesgo global en el cual vivimos.
Nuestra madre tierra es el hogar de la humanidad, el único que tenemos, está en nuestras manos cuidar la vida y la cultura, antes que sea muy tarde.
Adriana Molano Arenas
Directora General del CRESPIAL
Así como es difícil imaginar un mundo sin cultura, también es difícil imaginarlo sin agua. La fuerte conexión entre cultura y agua, es parte de nuestra vida y nuestra historia. El Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) también expresa este vínculo, a través de las múltiples manifestaciones asociadas al agua y su manejo.
Tal como el agua, el PCI es fundamental para la supervivencia en las comunidades, en la medida que el PCI contribuye a mantener la identidad y los conocimientos tradicionales, muchos de ellos, vinculados a la naturaleza.
El PCI latinoamericano, nos muestra una gran diversidad de expresiones relacionadas al agua: técnicas tradicionales de irrigación, construcción de ruedas de agua, producción de alimentos, pesca artesanal, técnicas de sanación, conservación de ríos.
Desde Perú, el Sistema Tradicional de Jueces de Agua de Corongo, nos muestra una estructura organizativa para la gestión y distribución del agua, estrechamente ligada a la memoria e identidad local, promoviendo en las nuevas generaciones la solidaridad, la equidad y el respeto a la naturaleza.
En Chile, las ruedas de agua de Larmahue, se convierte en un elemento identitario y emblemático de la zona, al ser valoradas como una tecnología tradicional sustentable y vigente, basada en el uso y cuidado del agua para el regadío de los cultivos locales.
Estos son solo algunos ejemplos que viven día a día nuestros pueblos, cuando el PCI y el agua caminan juntos.
En ese contexto, las mujeres suelen tener un papel fundamental, ya que muchas de ellas, son las responsables del manejo y distribución del agua en sus comunidades, desde su traslado y producción de alimentos, hasta sus usos sociales y rituales.
El universo del agua desde su aspecto simbólico y espiritual, es otro factor de fuerte valor identitario en las comunidades de nuestra región. El agua como dadora de vida, como espacio y elemento sagrado, desempeña un rol fundamental en el universo y el imaginario de los pueblos, siendo sus historias, rituales y cosmogonías, ejes de una compresión de la humanidad integrada totalmente a la naturaleza.
El manejo cultural del agua, es un eje fundamental para el desarrollo sostenible y la adaptación al cambio climático en el mundo. La manera de afrontar su actual crisis, atraviesa la necesidad de una mirada integral, donde diversas temáticas como género, producción de energía limpia, producción de alimentos, crecimiento demográfico y usos tradicionales del agua, puedan construir juntas, una gestión del este recurso más ecológica, justa y sostenible para el mundo.
Adriana Molano Arenas
Directora General del CRESPIAL
En este mes de marzo, las múltiples voces que buscan impulsar la igualdad entre hombres y mujeres, se han escuchado en todo el mundo. Los 15 países que conforman el CRESPIAL, no son ajenos a este movimiento mundial y presentan de diversas maneras, sus múltiples luchas e iniciativas, para contribuir al cambio de mentalidad y al surgimiento de mejores condiciones de vida para las mujeres en nuestra región.
En el marco de los procesos vinculados a la cultura y el patrimonio cultural inmaterial (PCI), es importante destacar, la necesidad de fortalecer los procesos de participación y liderazgo de las mujeres sobre la salvaguardia de sus manifestaciones culturales, de manera equitativa con los hombres. Si bien la actuación de la mujer se encuentra siempre presente en este tipo de procesos, falta visibilizar el papel integral de la mujer en las manifestaciones del PCI, así como impulsar su liderazgo en la toma de decisiones en torno a la salvaguardia.
El papel de las mujeres en la cultura, también impulsa múltiples procesos sociales, como la transmisión de la lengua materna, el fortalecimiento de los lazos comunitarios, el buen vivir, la memoria local, la sostenibilidad ambiental, entre diversos factores que contribuyen al desarrollo social de nuestros pueblos.
En un escenario social donde la desigualdad y violencia hacia las mujeres, es aun alarmantemente alta, es importante unir esfuerzos para impulsar la igualdad entre hombres y mujeres, basada en el respecto a la diversidad cultural.
Por otro lado, es fundamental reconocer y salvaguardar, el papel central de las mujeres en la transmisión intergeneracional de las manifestaciones del PCI. En este aspecto, el fortalecimiento de la gestión pública en materia de PCI debe cada vez más, expresarse en el desarrollo de herramientas de reconocimiento y salvaguardia, a nivel local, nacional y regional.
Solo uniendo acciones y voluntades, podremos transformar la vida de las mujeres y con ello, construir una sociedad más justa, igualitaria y prospera para todas las personas.
Adriana Molano Arenas
Directora General del CRESPIAL