Con motivo del Día Internacional de la Lengua Materna 2020, el 21 de febrero, la UNESCO celebra las “lenguas sin fronteras”. Las lenguas locales y transfronterizas tienen la capacidad de promover el diálogo pacífico y de contribuir a la preservación del patrimonio indígena. La diversidad cultural y lingüística es esencial en la creación de sociedades sostenibles y la preservación de las diferencias entre las diferentes culturas y lenguas favoriza la tolerancia y el respeto de los demás.
A través de todo el mundo podemos observar cómo algunas lenguas locales, lejos de desaparecer, en realidad prosperan. En muchos casos, se trata de lenguas transfronterizas que evolucionan con rapidez. Por ejemplo, las variantes locales del maorí habladas en Nueva Zelandia y en las islas Cook, y el sami, que se habla en toda la Europa del Norte, se han beneficiado con los esfuerzos desplegados por los diferentes gobiernos a partir de los años 1980 con miras redinamizarlas.