Son muchas las tradiciones de los pueblos nativos de América que giran en torno al trueque y el intercambio como sistemas económicos. El diario El Tiempo de Cuenca publica esta nota sobre el ‘Trueque del sol’, una práctica ancestral del Ecuador recientemente incluida en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Nacional Inmaterial de este país:
En el cantón Pimampiro localizado en la provincia de Imbabura se salvaguarda uno de los tesoros más preciados: ‘El Trueque del Sol’, una actividad que escapa del capitalismo habitual, deja de lado el costo del dinero y sobresale el valor de los productos agrícolas.
Cada año, generalmente la segunda semana del mes de abril, en esa localidad se lleva a cabo esta tradición con la que los pobladores honran a sus ancestros. Uno de los objetivos es conseguir los granos tiernos y los ingredientes necesarios para preparar la fanesca, el platillo tradicional de la Semana Santa y que refleja el sincretismo religioso con la costumbre de las primeras cosechas andinas.
“El Pimampiro antiguo, al ser un sector de producción masiva de hoja de coca, algodón y sal de mina, objetos muy preciados y cotizados por los aborígenes, se convirtió en un centro de comercio donde se aplicaba esta actividad de cambio, por este antecedente no es de dudar que todavía esta práctica se mantenga hasta la actualidad”, señala el portal del GAD parroquial de Pimampiro.
Es así como, en época de Semana Santa miles de productores y consumidores se dan cita en el Polideportivo Municipal con productos típicos de su región y de diferentes pisos altitudinales de la zona norte del país y sur de Colombia. Sin embargo, este año el evento se ha visto afectado por la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno Nacional ante el covid-19.
“En el trueque el dinero pierde su valor adquisitivo y todo funciona a través del intercambio. Las familias se abastecen para la fanesca”, señaló Edison Cabrera, habitante de Ibarra.
Agricultura
Pimampiro tiene una fuerte vinculación con la agricultura pues cuenta con una serie de pisos ecológicos que posibilitan el cultivo de diversos productos. En la época prehispánica se cosechaba cereales, papa, maíz, quinua y coca; y las comunidades de todo el territorio llegaban en su búsqueda, lo que dio origen al trueque.
En la actualidad, gente del valle acostumbra llegar con productos de clima cálido; gente del Carchi con papas, leche, quesos; gente de las comunidades de Pimampiro con sus habas, choclos, mellocos, fréjol; gente de la Costa con sus plátanos, yuca, frutas, todos estos son cambiados con alimentos que no se dan en su zona.
La plataforma del Sistema de Información del Patrimonio Cultural Ecuatoriano, SIPCE, describe al trueque como una práctica comunitaria que permite el acceso inmediato a elementos que se carecen.
“Históricamente es habitual que el trueque recobre importancia en épocas de crisis económica, además se mantiene como forma de conocimiento, que es parte de la estructura de los habitantes de un lugar”, señala en SIPCE.
Patrimonio Cultural
En enero de 2018, el Ministerio de Cultura incorporó al trueque de Pimampiro en la lista representativa de Patrimonio Cultural Nacional Inmaterial del Ecuador. En el expediente señala que “el trueque o ‘cambeo’ es una práctica ancestral de transmisión intergeneracional que se sustenta en una fuerte interacción social mantenida en la Sierra Norte del Ecuador”.
Acostumbran participar personas de todas las edades, grupos étnicos y condición socio-económica de las poblaciones de Mariano Acosta, Chalguayacu, San Francisco, Guanupamba, Juncal, Colimburro, Ramosdanta, La Floresta, San Miguel, Huaca, entre otros.
En el trueque priman los valores humanos de la solidaridad, el respeto y la consideración; principalmente para responder a una necesidad de reciprocidad e intercambio en espacios públicos.