NOTICIAS

Tambores de san Juan Bautista, una expresión que lleva impreso los códigos sagrados de la tradición

11 septiembre 2020

Parranda de San Juan Bautista de Tarapio, República Bolivariana de Venezuela

La devoción y culto por San Juan Bautista en Venezuela, constituye un  entramado de conocimientos y prácticas heredadas desde el siglo XVII, mayoritariamente representadas por comunidades afrovenezolanas. Cientos de organizaciones comunitarias de saberes tradicionales del país son responsables de esta celebración, que se mantiene  presente en el  cimiento cultural de los venezolanos,  como parte ineludible de su  herencia.

El Estado Carabobo concentra un gran  número de poblaciones y localidades que festejan al santo, con una constante de expresión en el territorio con la realización de rituales de agua, altares adornados y alumbrados, cantos y tambores.

La Parranda de San Juan Bautista de Tarapio, del municipio Naguanagua estado Carabobo es parte de este tejido construido por años.   En la  vida, acciones y significaciones de sus portadores,  llevan impresos los códigos sagrados de la tradición; los devotos reciben luz que iluminan sus espíritus y acciones; fuerza que otorga seguridad y dignidad, fe que invita a creer y no desistir; purificación, liberación, protección ante cualquier amenaza y bendiciones que otorga el santo con el permiso del creador.

Esta organización comunitaria ha trabajado por años para que las fiestas de San Juan se sigan  engranando en el tiempo en un proceso de negociación e intercambios que los ha enriquecido, han crecido en el municipio asumiendo su especificidad. En un tiempo decidieron como colectivo, transitar más allá de su cotidianidad para compartirlo y mostrarlo al mundo. El tamaño de sus conciencias y corazones forjados en fuego, en agua y en bondades recibidas les exigía llevar su mensaje de dignificación y pertenencia a la sociedad.

Un espacio urbano, incorpora y adapta un tiempo de celebración; su práctica lo convierte en tradición, sus devotos y seguidores adoptan formas y expresiones que reflejan sus historias, percepciones y realidades; incorporándolos a su práctica de vida y cotidianidad.   Se arriesgaron a organizar un Festival que concentra cada año desde 1998, a más de cincuenta organizaciones devotas de Venezuela y otras regiones del Caribe, Coordinan un Centro de Formación donde los niños de la comunidad aprenden de la tradición,  impulsan el trabajo colaborativo en Redes para la salvaguardia del patrimonio y la diversidad cultural de su estado, conforman un consejo comunitario para el estudio  y al salvaguardia de su manifestación, enlazados con portadores  practicantes de la manifestación en  todo el país.

En tiempos de crisis estos portadores siguen trabajando, buscando nuevas de formas de transmitir sus saberes, siendo resilientes, resistiendo los embates de la pandemia.  No se quedaron de brazos cruzados, pues saben que el alimento espiritual que el celebrar sus fiestas le da a los devotos no puede ser reemplazado.   Las fiestas fueron celebradas, los ritos fueron cumplidos.

Siguieron trabajando en colectivo, como comunidad y  aprendieron  a manejar nuevas  herramientas. Se convirtieron  en productores, editores, camarógrafos y construyeron un humilde pero significativo trabajo audiovisual para seguir mostrando la riqueza de sus saberes.

Vea el video aquí: https://youtu.be/cVqgaxG9DU4

María Elena Franco, Gestora cultural y Presidenta de la parranda de San Juan.

Foto: cortesía de María Elena Franco

ETIQUETAS

ANTERIOR

Muere Ester María Edén Wellington, una de las últimas mujeres Kawéskar de Magallanes, Chile

SIGUIENTE

El CRESPIAL invita a la última sesión del Foro virtual ‘Miradas del patrimonio cultural inmaterial de Latinoamérica frente al covid-19: presente y futuro’

Close