Originalmente, los mapoyo relataban su historia en la lengua wanai, pero, poco a poco, la colonización fue imponiendo un nuevo idioma hasta que sólo quedaron seis hablantes y su tradición oral se vio amenazada.
El riesgo de perder su cultura ancestral detonó en los mapoyo la determinación de defenderla a toda costa, por lo que empezaron a trabajar en su recuperación. Así, en 2007 se incorporó a la escuela del pueblo el primer maestro bilingüe.
Su lucha pronto contó con el apoyo del Gobierno venezolano, que acudió a la UNESCO para que se reconociera la tradición oral de ese pueblo en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) que requiere medidas urgentes de salvaguardia. Posteriormente se inició un programa conjunto con las autoridades venezolanas para elaborar material didáctico y un sistema de escritura wanai que se utilizaría en las escuelas de la comunidad.
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