\r\n Para las culturas mesoamericanas, la observación de la naturaleza fue de vital importancia, la astronomía jugó un papel fundamental con el análisis de los astros y de fenómenos como los solsticiales y lunares, aunado a los conocimientos tanto del entorno como de los sucesos atmosféricos, los cuales fueron artífices de un pensamiento y de una cosmovisión que a la fecha perduran.
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\r\n Justamente, los fenómenos meteorológicos aún convocan una ritualidad que data de la época prehispánica en la Sierra de Texcoco (cumbre superior de la Sierra Nevada que reúne los pueblos de San Juan Totolapan, San Jerónimo Amanalco, Santa María Tecuanulco, Santa Catarina del Monte y San Pablo Ixayoc), región nahua que se encuentra a 40 kilómetros al oriente de la Ciudad de México, cuya cercanía ha generado muchos cambios en sus costumbres, pero aún conservan en algunas comunidades la lengua y una cosmovisión esencialmente precolombina.
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\r\n El etnólogo David Lorente y Fernández, investigador de la Dirección de Etnología y Antropología Social, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), indaga los sistemas de etnometereología nahua y sus rituales, personificados en la figura de “los graniceros”.
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\r\n Más información: INAH – México
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