El órgano oriental, instrumento que acompañó el florecimiento de la ciudad de Cienfuegos por sus colonos fundadores, el mismo que se volvió mambí y luego rebelde en la Sierra Maestra, el que fue asumido por las familias Fornaris y Borbolla, en Manzanillo y luego por quienes lo llevaron en carretas tiradas por bueyes a Bayamo, Holguín y otros pueblos, es Patrimonio Cultural de la nación cubana.
La decisión reconoce a las familias portadoras como las genuinas salvaguardas de un fenómeno de la música tradicional cubana, donde confluyen la maestría artesanal de los artistas ebanistas que construyen los instrumentos orquestas, la calidad interpretativa con el aporte de la percusión cubana, la fiesta y el baile sacando agua del pozo, junto a excelentes arreglos y un repertorio fascinante.
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