Tradicionalmente a esta celebración asisten millares de personas que disfrutan de recorrer las calles de la ciudad de Ahuachapán, para apreciar la creatividad de los vecinos que preparan los faroles, que son elaborados con varas de bambú o madera, papel de china o celofán y candelas. Esta festividad se da en honor al nacimiento de la Virgen María (Virgen niña), el día 7 de septiembre. Siendo la población de Ahuachapán muy religiosa, las tradiciones se han ido transmitiendo a través de generaciones.
Sin embargo, no se sabe con certeza el año que inició de esta tradición, y lo que se maneja son dos versiones sobre su origen: 1- La tradición se originó por la víspera del nacimiento de la Virgen María; y 2- A raíz de un terremoto ocurrido aproximadamente en el año 1850. De estas dos versiones la primera es la que tiene más fuerza, o la que las personas aceptan.
Al respecto, algunos pobladores comentan que “Los españoles les inculcaron el amor a la virgen María, prueba de ello es que hasta una de las carabelas de Cristóbal Colón tenía por nombre LA NIÑA, en honor a la virgen niña". Otro dato importante de esta versión es que la ciudad de Ahuachapán en tiempos de la Colonia se llamó “Nuestra señora de la Asunción de Ahuachapán”. Sobre el origen de esta tradición se dice que las personas ofrecían rezos a la Virgen María en los patios de las casas; en vista que solamente había ranchos de paja, estos rezos los hacían iluminando los cercos. A raíz de ello, quedó como tradición iluminar los exteriores de las viviendas con faroles hechos a mano.
La segunda versión antes mencionada, surge a raíz del terremoto de de 1850; los pobladores por temor a mas temblores salieron a dormir a las calles y por no haber energía eléctrica, tuvieron que iluminar con diferentes medios como candiles, rajitas de ocote y candelas. Las personas imploraron protección de la Virgen María prometiendo que por coincidir la fecha del terremoto con la víspera del Nacimiento de la Virgen, cada 7 de septiembre iluminarían los exteriores de las viviendas con los medios artificiales que se utilizaron en esa fecha, en su honor.
Actualmente se hacen concursos en los que participan la ciudadanía en general; se crea un ambiente de fiesta y Ahuachapán se vuelve, esa noche, una zona peatonal en la cual se puede apreciar orquestas, marimbas, mariachis, música de banda estudiantiles y música Folklórica en lugares estratégicos de la ciudad. Este día es ideal para que visite Ahuachapán, pues se celebra el día de los Farolitos, que forma parte de las tradiciones culturales salvadoreñas.
Más información: Secretaría de Cultura – El Salvador