Cada vez que la imagen del Niño Viajero sale a las calles de la ciudad de Cuenca, la gente paraliza sus actividades regulares solo para observarlo.
Este año no fue la excepción y durante el pregón realizado la mañana del viernes, decenas de niños, jóvenes y adultos salieron para reafirmar su fe y mantener la tradición que fue declarada como Patrimonio cultural inmaterial del Estado en enero de 2009.
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