\r\n No es necesario recorrer el mundo para encontrar la magia. En una vieja casa de adobe, a un costado del Parque Central de Barva de Heredia, y tras cruzar un oscuro pasillo, las manos de “Bombillo” trasforman el barro en los personajes más intimidantes de las leyendas costarricenses.
\r\n
\r\n Luis Fernando Vargas, como pocos lo conocen, ve nacer en su abarrotado taller a las mascaradas, payasos y mantudos que asustan a más de un chiquito y que con sus exageradas expresiones y coloridos vestidos llevan alegría a los festejos populares de los pueblos de Costa Rica.
\r\n
\r\n Él nunca ha estado solo; ha vivido siempre enamorado de la Giganta, ha sido compañero de aventuras del Policía y se ha pegado carreras huyendo del Diablo y la Calavera, todo acompañado del “farafarachín” de una cimarrona.
\r\n
\r\n Este 31 de Octubre, Vargas celebrará un año más del “Día de la Mascarada Tradicional Costarricense”, como siempre con las manos llenas de barro y rodeado de la atenta mirada de sus máscaras.
\r\n
\r\n Más información: Oficina de Prensa y Comunicación – Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica
\r\n