El 27 de noviembre de 2011 el elemento identificado como Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta, de México, fue inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, lo que representa un compromiso adicional para México, como Estado parte de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) UNESCO 2003.
En ese sentido, el 1 de septiembre de 2012, se instaló formalmente la Comisión Nacional para la Salvaguardia del Mariachi (CONASAM), conformada por:
- La Dirección General de Culturas Populares del CONACULTA
- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
- Las Secretarías de Cultura de Colima, Distrito Federal, Jalisco, Michoacán y Nayarit
- El Instituto Mexiquense de Cultura
- La Secretaría de Educación de Michoacán
También participan, El Colegio de Jalisco, El Colegio de Michoacán, Universidad de Guadalajara, Universidad de Colima, investigadores del INAH, la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, la Fundación Universitaria de Derecho, Administración y Política, S.C. (FUNDAP), así como especialistas y profesionales vinculados al Mariachi, músicos, promotores y gestores culturales.
La CONASAM es presidida por la Secretaría de Cultura de Jalisco con el apoyo de su Dirección de Culturas Populares como Secretaría Técnica.
Asumida la responsabilidad de colaborar activamente en la salvaguardia del Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta y con el fin de que el plan se construyera de acuerdo a los lineamientos de la UNESCO, CONACULTA gestionó la asesoría técnica del CRESPIAL para que diseñara y facilitara la elaboración del Plan de Salvaguardia del Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta, en el que participaron portadores del PCI del Mariachi, promotores y gestores culturales; así como investigadores en la materia y servidores públicos de los tres niveles de gobierno con competencia en el tema.
En dicho taller, mediante una metodología participativa se analizaron las medidas de salvaguardia (2010-2013), la mayoría planteadas en el marco del expediente de candidatura enviado a la UNESCO, y se formuló el Plan de salvaguardia para el periodo 2014-2018 que fue sometido al pleno de la CONASAM en su Primera Reunión Ordinaria 2014, siendo aprobado de manera unánime.
Por acuerdo entre los gestores del plan se escogió la aplicación de herramientas de la metodología de planeamiento prospectivo a fin de lograr una adecuada aplicación de la Convención UNESCO 2003.
La prospectiva significa construcción de escenarios de futuro deseable para el desarrollo de la manifestación, ello a través de la compresión, análisis y debate grupal. En ese sentido consideramos que un planeamiento prospectivo debe permitir:
- 1) La interacción y el diálogo entre distintos actores sociales
- 2) El establecimiento de prioridades en la toma de decisiones para la acción.
- 3) El fortalecimiento de la identidad de los portadores (actual y a futuro)
- 4) El uso de la Convención UNESCO 2003 para el fortalecimiento de los derechos culturales y ciudadanías.
- 5) El rediseño de políticas institucionales públicas y privadas.
La prospectiva tiene por principio visualizar el futuro para actuar en el presente, bajo este concepto la prospectiva constituye una herramienta de construcción social de futuro que permite y motiva la generación de ejercicios “anticipatorios”, que controlen de la mejor manera posible la incertidumbre del futuro.
Esta metodología demanda la participación de todos los actores sociales implicados en una realidad para analizar retos a futuro y establecer una hoja de ruta ante el escenario deseado.
El punto central es que el futuro se construye considerando que desde una mirada al pasado y al presente se trata de construir un futuro deseado, imaginando lo que va a cambiar y lo que va a continuar.
Sin embargo el punto neurálgico de la metodología prospectiva es la construcción de una visión de futuro a partir del fortalecimiento de los vínculos comunitarios y de la identidad de los portadores culturales. Tanto en el ejercicio ciudadano participativo para el logro de consensos de acciones a futuro relacionadas con el desarrollo social y humano como en el ejercicio retrospectivo de construcción de la memoria del grupo, así como en el consentimiento previo, libre e informado de los productos logrados en ese proceso.